Proyecto y Obra
El local tiene una planta en forma de L, dando a fachada la parte superior del fuste de la L. La farmacia se organiza principalmente en dos zonas, la zona servida y la zona de servicio, la zona servida arranca desde la fachada encuadrara en un rectángulo amplio en el que a derecha e izquierda discurren las estanterías donde se exponen los productos y en la zona central hay un pequeño mostrador donde se exponen y tratan los productos infantiles, al fondo de la zona servida se encuentran los tres mostradores de atención al público.
La zona de servicio arranca desde los mostradores y se extiende por el lado corto de la L donde encontramos la zona de estanterías, mostradores, pedidos y recetas, almacén, distribuidor, laboratorio y aseo adaptado. Existe una zona intermedia entre lo privado y la zona de clientes que es una sala polivalente que hace de sala de atención personalizada o de zona de formación, el despacho del farmacéutico comunica con esta sala y con la zona de servicios.
Un aspecto muy importante a la hora de concebir el espacio es dotar al volumen de cierta calidez evitando generar un espacio impersonal y frio, se emplea la madera como recurso principal forrando las paredes y suelo de la zona servida acentuando alguna zona en concreto con color negro para diferenciar esta zona, la zona de servicio predomina el blanco para crear una llamada de atención.
Un elemento importante que determina la visión del espacio es la iluminación, se trata de diferentes formas, se genera un foseado central el cual se ilumina en su perímetro y se colocan unos vinilos de hojas de árboles dando la sensación de como si se abriera una ventana en el techo vislumbrando el cielo cubierto parcialmente por unos árboles entre los que pasan los rayos del sol. Perimetralmente se iluminan las estanterías con focos orientables empotrados y los puntos mas singulares con lámparas colgadas alámbricas con grandes bombillas vintage llenando los espacios pero sin cobrar excesivo protagonismo.